Por su privilegiada ubicación, Marbella se ha convertido en referente para el turismo mundial sin haber perdido ni un ápice de su sabor típicamente andaluz ni de su esencia histórica. Mar y sierra, tradición y modernidad se unen en esta ciudad del Mediterráneo para brindar al visitante un ambiente rico en matices, multicultural y cosmopolita, abierto al progreso y a una forma de vida basada en la convivencia y en el carácter acogedor de sus gentes.